2012: De la Fuente sí, El Peje no, dicen las encuestas

 

 “El Semanario”, publicación de noticias en Internet, realizó una encuesta para saber por quién se inclina la población para enfrentar al PRI y al PAN como candidato a la Presidencia de México en las elecciones que se realizarán en 2012.

Propuso a cuatro: Marcelo Ebrard, Andrés Manuel López Obrador, Carlos Navarrete y Juan Ramón de la Fuente.

La sorpresa la dio el doctor De la Fuente, ex rector de la UNAM; quedó muy por encima de los otros tres con más del 50% de preferencias. Ebrard y López Obrador rondan cada uno alrededor del 20%, turnándose el segundo lugar conforme avanza la encuesta y en último lugar quedó Navarrete, con un lejano 6%.

La pregunta a los encuestados fue: “¿Para usted quién tendría que encabezar a la izquierda en México para las elecciones de 2012?”.

En este caso, las masas no se equivocaron, el político tradicional está cada vez más devaluado.

El pacto entre Marcelo y El Peje es que será candidato del PRD, el PT y Convergencia, aquél que llegue mejor posicionado cuando se lleve al cabo la selección, lo que sucederá en 2011, entre julio y diciembre, han dicho ellos mismos.

No han definido cómo se hará tal selección, si por medio de alguna encuesta o en una elección interna de cada partido. Tampoco han determinado si para definir al candidato recurrirán a toda la población o solamente a los integrantes de los partidos señalados.

Tanto el actual jefe de Gobierno del DF como el tabasqueño han visto disminuir la popularidad de que gozaban debido a un comportamiento negativo: El primero no se ha atrevido a detener con la ley en la mano los bloqueos que realiza el SME en las principales arterias de la Ciudad de México, por lo que algunos analistas lo tachan de miedoso y/o de cómplice de las acciones ilegales del sindicato de electricistas.

El Peje, por su parte, sigue en caída libre perdiendo credibilidad y respaldo popular. Hace unos días cometió uno de los peores errores, declaró que no esperaría ninguna encuesta para ver quién era el mejor posicionado, que él se lanzaría como candidato por el partido que lo quisiera postular y aunque luego quiso darle otra interpretación a sus palabras el mal ya estaba hecho. Eso se llama traición no sólo al compañero de andanzas (Marcelo), también a todos sus correligionarios y a quienes por parte de la población lo han apoyado siempre. Esto, sumado al bloqueo de Paseo de la Reforma durante medio año, con el consiguiente daño a la población, y el “mandar al diablo a las instituciones”, entre muchas otras perlas que adornan el collar de decisiones prepotentes, autoritarias  y sin sentido de Andrés Manuel, lo han dejado muy por debajo del nivel de popularidad que tenía durante las elecciones de 2006.

Al conocer las declaraciones anteriores, Ebrard le respondió por medio de la prensa que “evitemos un conflicto interno, porque eso no sería lo razonable, lo leal, lo congruente con las personas que coinciden con nosotros”; en otras palabras, lo tachó de irracional, desleal e incongruente.

Cuando llegue el momento de escoger al candidato que represente a “la Izquierda” para las elecciones del 2012, lo “razonable, leal y congruente” será que propongan a cuatro precandidatos: Ebrard, López Obrador, Navarrete y De la Fuente.

Ya no se valen las jugadas sucias para dejar fuera de la competencia a alguno de estos cuatro contendientes porque la etiqueta de “traidor, irracional, desleal e incongruente” permanecería firme dejando sin posibilidades de triunfo a los partidos que se presten a ese tipo de maniobras.

Otra encuesta del 19 de julio de 2010, en este caso de BGC y el periódico Excélsior, arrojó resultados demoledores para López Obrador: El 76% de la población ya no le cree y piensa que no respetará el pacto con Ebrard; además, a la mayoría no le gustaría que fuera presidente, creen que es un peligro para la estabilidad del país, rechazan su “destape” y no le creen cuando dice que el PRI y el PAN son la misma mafia, como tampoco le creen cuando afirma que ha construido una amplia red de simpatizantes de 15 millones de personas.

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